El pensamiento puede ser como un río,
tomándonos en cualquier circunstancia o momento,
identificándonos y absorbiéndonos…
Ahí, perdemos nuestra presencia del ser,
y encontramos tensión, confusión, compulsividad…
Esa mente es un resultado, una masa de acumulación y condicionamiento,
pudiendo perturbar el juicio, el raciocinio, la visión, la percepción…
Lo ideacional toma a menudo el lugar de la realidad, la falsea, la pervierte…
La descripción deforma el hecho.
La interpretación no corresponde con lo que es.
Los prejuicios distorsionan el discernimiento.
Sitúate en la energía del observador,
en la fuente de ese rio pensante, ahí no habrá identificación
si quietud, paz y libertad…
Existen otras dimensiones en la mente fuera de ideaciones precipitas…